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Actualmente el hombre requiere consumir menos tiempo para realizar sus actividades cotidianas , para poder estar en un estado de relajación y tener espacio y tiempo de recreación para su persona , esto implica en mantener la atención en los diversos utensilios que utiliza el hombre para logar satisfacer sus necesidades básicas como las que son la alimentación y esparcimiento entre otras es aquí en donde la tecnología ha invertido una gran cantidad de horas de investigación para la innovación de artículos que logren satisfacer las necesidades antes mencionadas, se puede decir que una de las prácticas predominantes de la ingeniería es la elaboración de electrodomésticos, los cuales facilitan el trabajo que antes realizaba el hombre, estos son los que presentan mayor innovación y son fabricados con los materiales e insumos que se encuentran en el ambiente natural del hombre, esto requiere de un gran esfuerzo de parte de los ingenieros que investigan, crean, diseñan nuevas tecnologías y formas de artículos satisfactorios para la gran parte de la sociedad mundial, ya que esto traspasa fronteras y arrastra una gran movilización de naciones para poder colocar un articulo que cubra las expectativas del cliente.

 

Generan empleo, bienestar a través de innovaciones y de la comercialización de nuevos productos y servicios; ayudan a reducir la pobreza, a mejorar la educación, la salud, la alimentación, el comercio y son indispensables para la construcción de nuevas capacidades que son esenciales en el siglo XXI.

 

Este breve bosquejo del perfil conceptual de la ingeniería es el resultado de una evolución histórica cuyas primeras etapas fueron más simples y limitadas. La primera aparición del ingeniero en la historia asumió el carácter de “maestro constructor”, orientado hacia las necesidades militares en materia de fortificaciones, puentes, caminos y máquinas de sitio. Es decir, en un principio fue el ingeniero militar. Posteriormente hace su aparición el ingeniero civil, con finalidades no específicamente bélicas.

 

La tecnología disponible en esa etapa estuvo caracterizada por el empleo masivo de unos pocos materiales tales como la piedra, la madera, las arcillas y el hierro. Fue una tecnología estática, utilizaba un reducido número de principios constructivos empíricos y, no obstante, hubo notables realizaciones en materia de iglesias, castillos y edificios.

 

Con el advenimiento de la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII la evolución tecnológica encuentra su cauce en el aprovechamiento y control de la energía, empleada siempre en escala creciente desde entonces. De ahí el constante aumento de tamaño de las industrias de elaboración de metales, de fabricación de transportes ferroviarios y navales, de producción de motores térmicos y máquinas herramientas y, ya en el siglo XX, de las industrias de producción de máquinas eléctricas y de automotores.

 

Es evidente que esta expansión y crecimiento de las tecnologías determinó el surgimiento de nuevas ramas de la ingeniería tales como la ingeniería eléctrica y la química y promovió el acelerado desarrollo de la ingeniería mecánica, en sus múltiples especializaciones, que reconoce notables realizaciones desde el siglo XVIII y puntos de partida debidos al genio de Leonardo da Vinci.

 

Asimismo, el estudio y aplicación de métodos y procedimientos racionales de trabajo iniciados por F. Taylor, la ínter cambiabilidad de Eli Whitney y la cadena de montaje empleada por primera vez por H. Ford, culminaron, aproximadamente en la época de la Segunda Guerra Mundial, en las grandes industrias de producción masiva basadas en la disponibilidad de recursos energéticos abundantes. Finalmente con la energía atómica alcanza su cenit la tecnología de la energía.

 

Por otra parte, cuando la exaltación de la energía alcanza su apogeo surgen, en pocos años, un conjunto de disciplinas abstractas creadas y desarrolladas por una pléyade de brillantes científicos entre los que sobresalen A. Turing, N. Wiener, C. Shannon y J. Von Neumann. Centradas en el concepto de información, la aplicación de estas disciplinas permitió incorporar en plenitud a la tecnología funciones hasta entonces casi inexistentes o primitivas. De ahí en adelante fue posible realizar operaciones de cálculo, medición, comunicación y control con un nivel inédito de velocidad, precisión y confiabilidad. En el campo de las realizaciones prácticas aparecen, en la inmediata posguerra, las computadoras digitales, las microondas y los sistemas de control realimentados.

 

 

No se había asimilado aún el impacto provocado por esos avances cuando en el año 1959 se inventa el circuito integrado -chip-, dando comienzo al vertiginoso desarrollo de la microelectrónica, y, en el año 1960, se hace funcionar el primer rayo láser de rubí. A partir de esa época se entra de lleno en la era de la alta tecnología, cuyos símbolos más notorios son el microprocesador y la computadora personal PC, lanzados al mercado en los años 1971 y 1981, respectivamente.

 

NUEVOS MARCOS CUANTITATIVOS Y CUALITATIVOS

 

Es muy difícil evaluar con justeza la magnitud de las consecuencias que desde hace algo más de dos décadas está provocando en la sociedad la alta tecnología. No obstante, en las áreas de la economía, las actividades productivas, los medios de comunicación, las finanzas, la estrategia y las operaciones militares ya se han vivido grandes cambios y acontecimientos cuyas causas profundas se hallan en la revolución tecnológica.

 

Ahora bien, en este nuevo contexto tecnológico la información y, en especial, la información estructurada o conocimiento, constituyen el centro de gravedad de todas las actividades de producción de bienes y servicios, incluidas las actividades científicas y profesionales de alto nivel intelectual. En función de ello la ingeniería vive en la actualidad un rápido proceso de transición, transformándose en ingeniería digital.

 

Así como en su primera etapa artesanal la ingeniería trataba casi exclusivamente con átomos de materia y en la etapa científica impulsada por la Revolución Industrial los protagonistas fueron los cuantos de energía, en la nueva etapa irrumpen en forma masiva los bits de información. Átomos, cuantos y bits conforman hoy la trilogía de trabajo básica de la ingeniería digital y determinan el acceso de la ingeniería a un nuevo orden de magnitud tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo.

 

En lo cuantitativo han sido desbordadas las dimensiones de espacio y de tiempo correspondientes a la escala humana. Por un lado ha sido penetrado el microcosmos y la tecnología opera en la escala verdaderamente liliputiense del micrómetro y del nanómetro. En la producción de microcircuitos integrados, la dimensión del transistor individual ronda en torno de una fracción muy pequeña del milésimo de milímetro. Y en los laboratorios de investigación se halla en ciernes una nanotecnología cuyas probables aplicaciones futuras en el campo de la medicina y de la lucha contra la contaminación ambiental, entre otras, superen los límites del asombro. En las mismas escalas dimensionales se inscriben las operaciones de manipulación y ensamble de genes, que realiza la prometedora e inquietante ingeniería genética.

 

Por otra parte, también ha sido penetrado en profundidad el espacio exterior con satélites artificiales, transbordadores espaciales y en muy pocos años más estará terminada la Estación Espacial Internacional, la más grande y costosa obra de ingeniería emprendida hasta el presente por la humanidad. Asimismo es digno de señalarse que en estos momentos hay artefactos espaciales -Voyager I y II- que están saliendo del sistema solar hacia el espacio exterior, sin perder aún contacto radial con sus bases en la Tierra.

 

También ha sido desbordada en todos los sentidos la escala humana de tiempo. En los microcircuitos integrados las operaciones elementales se realizan en pocos nanosegundos, mientras que en el espacio exterior se tiene prevista con precisión matemática la trayectoria de los artefactos antes mencionados de aquí a novecientos mil años. Es altísima la probabilidad de que ese increíble viaje espacial se cumpla sin inconvenientes, mientras por el contrario la probabilidad de previsión del futuro de la humanidad en fechas tan lejanas es nula.

 

En cuanto a lo cualitativo la ingeniería se enfrenta hoy con estrictísimas exigencias en materia de precisión dimensional, confiabilidad, condiciones de servicio extremas y requerimientos para la preservación del ambiente natural. Aunque no en todos los proyectos esas exigencias son simultáneas, la satisfacción de cualquiera de ellas coloca al ingeniero frente a difíciles problemas de diseño, fabricación y operación.

 

 

INGENIERÍA Y CULTURA

 

Por último, es conveniente reflexionar sobre la ubicación de la ingeniería en la cultura de nuestro tiempo, Tratándose, como se dijo al comienzo, de una actividad básicamente creativa, integra la cultura por derecho propio. En este aspecto no presenta diferencias con cualquier otra respetable artesanía. Existen, sin embargo, valores conceptuales, metodológicos y sociales que confieren a la ingeniería un “status” de mayor nivel.

 

En primer término nos encontramos con una actividad cuyos fundamentos son los principios y leyes de las ciencias naturales, edificadas estas últimas en torno de los más rigurosos paradigmas conceptuales elaborados por la humanidad a partir del milagro griego. La utilización práctica y creativa de esos paradigmas exige una formación y un ejercicio profesional de alto nivel intelectual que aleja a la ingeniería actual de sus orígenes artesanales.

 

En segundo lugar los instrumentos de trabajo del ingeniero -algoritmos matemáticos, técnicas de laboratorio y procesos y simulaciones en computadoras- conforman un conjunto metodológico muy complejo cuyo dominio requiere también una esmerada formación y adecuado entrenamiento. La tercera reflexión versa sobre el impacto del trabajo del ingeniero en el funcionamiento y la evolución de la sociedad. Con el advenimiento del avión a reacción, la energía nuclear, la computadora digital, los viajes espaciales, los medios de comunicación masiva y la ingeniería biomédica, se ha producido una mutación en el profuso, diverso y complejo utillaje social, que coloca sobre los hombros de los ingenieros una enorme responsabilidad.

 

Su trabajo, íntimamente asociado con el saber positivo inherente a la ciencia y la tecnología, incide inevitablemente en la vida de los hombres y las comunidades y en el ambiente natural. De ahí que es muy deseable y tal vez imprescindible que los ingenieros logren una ponderada simbiosis entre la capacidad para el manejo de la complejidad técnica y la asimilación de los más preciosos valores humanos, sociales y espirituales.

Las Prácticas Predominantes y Emergentes de la Profesión en el Contexto Internacional Nacional y Local

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